lunes, 9 de mayo de 2011

Capítulo 3: Confesión


Pasó el tiempo, el 14 de abril llegó. Nature, que era como la madre de nuestra comunidad, en su wolsvagen psicodélico para llevarnos al centro de San Francisco, donde ese día se haría una marcha contra la guerra. Todos no cabíamos dentro, así que tuvo que hacer un viaje doble.
Con Rita llegamos en el primer viaje que realizó. Estábamos esperando a los otros cuando de pronto vimos como un chico, que recién llegaba, miró a Rita.
— Hey Rita, mira ese chico, desde que llegó no nos quita los ojos de encima. — le guiñé un ojo y la golpeé con el codo muy suavemente.
— ¿Y a mi qué? Puedes hacer lo que desees con el, si quieres te vas con el y me dejas. — se molestó con mi broma — Para mi no es gracioso que me molestes con un chico, tu sabes, deja de fastidiarme con eso y mejor esperemos a que lleguen —
La vi molesta, como nunca la había visto, realmente no le gustaba que le mencionara tan si quiera que alguien la miraba. De pronto se acercó Lucy con el pequeño George en brazos, se le veía muy feliz.
— ¿Ven a ese chico? — dijo pasándome a Georgie — es Julian, el padre de mi hijo. Lo liberaron ayer, creo que fue un milagro. Supo que estaría aquí y vino a buscarme.—
Miré a Rita, que tenía una sonrisa bastante falsa, pero Lucy parecía creerla.
— Entonces te irás con el...- dijo Rita con la voz débil, como la de una persona que agoniza.
— No lo se, como ya dije, salió hace ayer de la cárcel gracias a un amigo que cayó del cielo. No sabemos que será de nuestra vida, pero no me quiero separar de ustedes, ni separar a George de sus tías — Ahora todas teníamos los ojos llenos de lágrimas. — No se preocupen. —
Esto afectó aún más el ánimo de Rita, que sentía tristeza, rabia y un poco de alegría. Lucy se alejó.
— Cambia esa cara, Rita, mejor vamos, o todos se preocuparán por ti —
— Déjame sola, me iré por allí. Luego te busco o no se. — Y se fue.
Caminé con George entre mis brazos. De pronto vi como una niñita de unos 7 años se acercaba hacia mi y, con George, mis reflejos son muy malos. Pareció percatarse que yo estaba allí y se detuvo, pero comenzó a llorar.
— ¡Quiero a mi Rin, lo quiero de vuelta, se fue! — y se tiró al suelo llorando.
— Pero ¿Quién es...?—
 — Es mi perrito que se fue por allá, ¡no va a volver, lo quiero, lo quiero! — Y lloraba más, mejor dicho, gritaba.
No sabía que hacer, lo hubiera ido a buscar pero tenía a George, así que la tomé y estuvo conmigo toda la marcha. Ni siquiera pude participar, me quedé en el auto con ellos. Saqué un dulce de mi bolsillo y pude preguntarle cuál era su nombre.
Vivía en la playa norte de San Francisco, lo que era el Beatnik Land,  y su nombre es Prudence. Tenía bastante hambre, casi trago el caramelo sin agradecerme. Su cabello claro era medianamente corto, tenía dos trenzas bastante desordenadas, llevaba sandalias en los pies y un abrigo lila que le quedaba bastante grande.
— ¿Qué hacías acá, en medio de una marcha contra la guerra? ¿Venías con tus padres y te perdiste? — su rostro cambió, parece que no debí mencionar eso.
— Yo no tengo padres. Me abandonaron en un hospital luego que recibí el golpe de un rayo, del cual salí viva. No tenían para pagar y no quería quedarme en un orfanato, así que me escapé de allí. —
— ¿Pero qué comes o como sobrevives? —
— De lo que me da la gente en las ferias. Vivía con un hombre, pero un día se fue y no volvió más. Pienso que murió...— La chica hablaba como una persona de mi edad o quizás mayor.
La chiquita se recostó junto a mi y se durmió. ¿Cómo alguien tan pequeño puede pasar por tantas cosas? Me entristecí por ella, decidí llevarla conmigo, no creo que se enoje Love o Nature. Sería como mi hija desde ese día, lo juré. Si, soy bastante confiada incluso ahora.
Llegaron todos, menos Rita, por lo que me preocupé bastante, pero Nature me prometió que la buscaría y no regresaría hasta encontrarla. Lucy quiso quedarse buscándola pero aún estaba muy delicada, no se como convenció a Love que no había querido llevarla.
— Búsquenla, por favor, me temo que le pase algo ma...— alcancé a decir cuando Prudence dijo:
— Está sentada en el suelo, con un rostro confundido. Tiene un pequeño colgante con una nota musical... Bajo un árbol, creo que parece un sauce...— lo dijo con tanta seriedad que hasta lo creí.
— Creo saber donde está eso... Es fuera de una casa, como a 3 cuadras. Vayan a casa, irá Love manejando. — dijo Nature, un poco confundida, como lo estaba yo.
— ¿Cómo sabes que Rita es así? Tu no la conoces...— dije.
— No lo sé, no preguntes, sé que ella necesita a alguien...— dijo. — Tiene un amor imposible o algo así, son lágrimas de amor...—
No sabía de que hablaba, pero tenía razón. Después supe que ella, al recibir la descarga eléctrica de un rayo, veía cosas. No entendí mucho eso.
Llegamos a casa, acosté a George que venía durmiendo en la cama que compartía con Rita, ya que era más espaciosa que la de Lucy, y le dije a Prudence que descansara junto a el.
— Ve a ver si ya llegaron, la chica te necesita más que nunca. — me dijo.
Salí y vi que el llamativo auto llegaba. Se bajaron Love, Nature, Rita, Love y unas personas que parecían ser nuevas, ya que no los conocía.
— Me tenías tan preocupada, ¿dónde te metiste? —
— ¿Dónde está Lucy? ¿y George?...— me dijo.
— No ha llegado Lucy y George está durmiendo...—
— Perdón, me fui sin rumbo a caminar, luego me devolví y me senté a descansar bajo un sauce — Prudence tenía razón — solo me sentí molesta porque llega un tipo de la nada y se quiere llevar a mi Lucy. —
— El no llegó de la nada, era su novio, el padre de su hijo, tienes que aceptarlo. Mejor vete a descansar, ya está oscuro el cielo. Yo voy en un rato. —
Entramos a la casa, ella se desvió a nuestra habitación y yo salí con la puerta trasera.
Vi a una pareja que se reía bajo un árbol, ella estaba con la cabeza apoyada en las piernas de el, mientras le acariciaba el cabello: no era otra más que Lucy y Julian. Me acerqué a ellos interrumpiendo su momento amoroso pero yo quería que Lucy hablara ahora con Rita, que le avisara que llegó bien.
Llegó Julian y se olvidó de todo, hasta de su hijo, ya que en la marcha desaparecieron dejándome a cargo al bebé. Parecían estar drogados, se reían y sus ojos brillaban; miré fijamente a Lucy, y le dije:
— Oye, ¿olvidas que tienes hijo? ¿olvidas que hay personas que se preocupan por ti? Apúrate y ven a ver a tu hijo — la miré mas detenidamente y realmente estaba drogada — ¡Eres una irresponsable!.— Tenía una mezcla de rabia contra ella y de pena por el pobre Georgie.
— ¡Déjame en paz! Estoy con mi novio y vienes a fastidiarme. Luego alimento al bebé... Vete con Rita, cásense, sean felices y si quieren puedes quedarte con George...—
Julian sólo reía como un demente, Lucy se dio la vuelta y lo besó, ni le importó lo que le dije. Encendió un cigarrillo y se puso a reír. Me hirió con lo que dijo, agradezco que Rita no estuviera allí o eso la hubiera hecho sentir muy mal.
— Era un chiste — rió con más fuerza — no vayas a creer que lo que dije es verdad... Te pasarías, yo no soy así, es una bromita chiquita...—
Se quedó allí sin preocuparse por nadie, solo por ella y su novio, lo que me puso triste ¿qué le había hecho ese hombre qué la hizo cambiar tanto?.
Con lágrimas en los ojos, no tanto por mi, si no por mi amiga, entré a la habitación y vi como el pequeño bebé dormía abrazado de Prudence, y Rita estaba dormida en la cama de Lucy. No creo que ella venga a dormir, así que, a pesar del poco espacio, me recosté junto a Rita y me quedé profundamente dormida.
A la mañana siguiente, como lo sospechaba, Lucy no llegó a dormir y no se veía por ningún lado, así que mandé a Rita para que viera si había leche para darle a George, que lloraba sin consuelo. No solo quería alimento, quería a su madre.
— Están en un lugar alejado...— dijo Prudence.
— Deja de ver en donde está la gente y mejor ayúdame a preguntar si queda leche. — dije temiendo lo que podía ver ella, que es tan pequeña.
— ¿No te da curiosidad saber tu destino? Yo puedo decir...— la interrumpí.
— No quiero y vete a... donde sea — dije tratando de ser amorosa, pero la desaparición de Lucy me preocupaba. Se alejó hacia la puerta trasera.
Rita despertó con las últimas palabras que dije, preguntando por George y, por supuesto, por Lucy. Le dije que salió temprano y no supe nada de ella. No quería herir a mi amiga, no quería verla llorar de nuevo, otra vez no...
Para sorpresa mía, y de todos, llegó una madrugada, después de una semana de no saber nada de ella, gritando “perdón, perdóname Mary, perdón Rita, perdón hijo mío, los amo”. Todos nos despertamos, pero Rita y yo salimos al patio, a controlarla.
— ¡Cálmate Lucy! Tu hijo duerme, relájate. — dije.
— Perdón a ustedes, las quiero mucho. Ustedes si me quieren ¿verdad? No me cerrarán las puertas como mis padres o mi nov... El padre de Georgie. —
Abrazó a Rita, ambas lloraban como dos pequeñas niñas. Las hice entrar, ya que era muy tarde y todos queríamos dormir.
— ¿Qué pasó mi Lucy? — dijo Rita — ¿Qué le pasó? —
— El... Dijo que dejara a mi hijo y me fuera con el a México. Yo no quise y luego de pasar la noche juntos, me dejó sola... Yo quería estar con el siempre. Ahora solo tengo a este chico hermoso, lo amo porque es producto del amor que le tengo a Julian, aunque el sólo me quiera de mi...— se detuvo.
Ahí nos explicó que el no quiso que vivieran acá, quería irse sólo con ella, dejar aquí a George, ya que Lucy le contó sobre nosotras y le dijo que estaría bien, pero no quiso irse sin su hijo, a pesar de lo que había dicho a Mary. Él era ahora su única razón de ser, tenía que luchar por su hijo que era la única familia que tenía, pero no debía olvidar que Rita, Prudence y yo también somos su familia.

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